viernes, 5 de agosto de 2016

Construyendo Rodania: la creación y evolución de un mundo fantástico.

Últimamente, en los blogs literarios se ha puesto de moda dar consejos sobre todas las cosas. También he leído algunas reseñas sobre cómo construir tu mundo fantástico. No voy a entrar en si me parece bien o mal; entiendo que a mucha gente le puede servir de ayuda. Yo, que no soy de dar muchos consejos, pondría dos pilares sobre los que sustentar ese universo. Uno, tener conocimientos geográficos. Ya puede bajar San Pedro del cielo que un río nunca nacerá en el mar y desembocará en las montañas; o, si el continente está en el hemisferio norte, será precisamente al norte donde haga más frío, y, al sur, más calor. El segundo pilar es, para mí, incluso más importante, y es que coja poso. Vale, eres un genio y has creado tu universo en dos meses, pero no tendrá ese aroma a mundo viejo si no has cambiado veinte mil veces un nombre, has ideado mil batallas, le has dotado de unos hechos históricos, unas ciudades en ruinas, etc.
       ¿Y a qué viene esta perorata? Pues precisamente a que he encontrado mucho material antiguo de mi universo, de Rodania. Para que el lector vea por dónde van mis tiros, he cambiado tanto el continente que casi no tiene nada que ver lo que concebí con lo que ahora tengo y que está a disposición del lector. A medida que creaba historias, Rodania fue evolucionando; es como cuando miras un atlas histórico. Por cambiar, cambié hasta tres veces el nombre. Al principio no tenía, y, cómo no se me ocurría ninguno atractivo, decidí llamarlo Tierra de Nadie. Luego, la novela que empecé a escribir -verdadero génesis de El Despertar de la Leyenda-, reafirmó el nombre (a veces se dan estas "casualidades", bien lo saben todos los que escriben fantasía). En esa misma novela se hablaba de un personaje, Rodán (un Plinio el Viejo, un Estrabón, un Humboldt propio), que había sido el primero en describir puntualmente la Tierra de Nadie, con sus ríos, sus montañas, sus regiones, historia, pueblos, especies vegetales y animales... Fue entonces cuando decidí modificar el nombre de mi mundo de manera definitiva. ¿Acaso no había mejor manera de honrar a tan noble personaje que dándole su nombre a todo un continente? Y se quedó con Rodania. Pero claro, Rodán vivió en un periodo posterior a la llegada de los Místoner (creo que he hablado de ellos alguna vez; y son, literalmente, los "Hombres del Este"). ¿Qué nombre, pues, había recibido Rodania antes? Como Tierra de Nadie me pareció algo soso, me fijé en uno de los reinos que habían surgido de los Místoner, Albanor, situado en lo más al este del continente. Así pues, a partir de entonces, y desechado de manera definitiva el topónimo Tierra de Nadie, sólo dos aparecerían en las historias y relatos: Albanor y, el más moderno, Rodania. Os adjunto el primer mapa que hice una noche de noviembre, creo, bastante esquemático pero que, en cuanto a estructura (costas, ríos y montañas), no ha variado demasiado.




Como os digo, un universo tiene que evolucionar. De la misma forma que las fronteras de nuestro mundo actual se han movido más que el rabo seccionado de una lagartija, en Rodania pasa lo mismo. Eso ha incidido de manera notoria en la toponimia, no sólo de los ríos, bosques y regiones, también de las ciudades y fortalezas (alguno de esos nombres incluso no fue más que un rumor lanzado al viento). Este mapa posterior que os voy a mostrar recoge ya las tierras de Rodania (recordemos, por entonces Tierra de Nadie) en toda su amplitud.


Como curiosidad, apuntar que el nombre de Rodania ya aparece aquí. Se trata de la región situada más al este, en una península que recuerda, por su forma, a la de Kola, en Rusia.




Años después, a medida que iba ampliando el universo rodánico, me vi "obligado" a crear un nuevo mapa, coloreado, extra grande, y dividido en seis para no agobiar al explorador (como me gusta llamar a los lectores). Esta es la parte cinco, y en ella se pueden descubrir algunos lugares que se mencionan en El Despertar de la Leyenda, pero con distinto nombre. Así, en EDDLL se habla del Reino de Narghaz (Aloria en este mapa); su capital, Narfaluum, aparece como Nargrod. También (en EDDLL) se hace especial mención a los Magos de Angör. Estos tienen su residencia en la ciudad de Dólendhal (situada en lo alto de una montaña y a la que sólo se puede acceder atravesando las Siete Puertas de Mármol*), si bien en este mapa recibe el nombre de Éretior. Y así, con más lugares y nombres





Rodania siguió su evolución. Edité los mapas coloreados para darles un toque algo más profesional, y de paso cambié toda la toponimia necesaria. En principio, así es como iba a aparecer en El Despertar de la Leyenda (y así lo presenté a varias editoriales), pero me pareció que era algo cutre para el grado de profesionalidad que buscaba. Y entonces encontré a Manolo de Epic Maps, que me hizo... en fin, ved el resultado.























*-Ésta es la primera de las Siete Puertas de Mármol que custodian la ciudad –comentó Er-Haleth-. Nadie jamás ha podido abatirlas, excepto cuando Dólendhal fue saqueada por las tropas de Númgör. Yo he de dejaros aquí, pues he de regresar a Eblem. Decid la contraseña para pasar y accederéis a un túnel interior, con muchos escalones de piedra tallados en las mismas entrañas de la montaña. El camino es largo y agotador, pero la recompensa de ver Dólendhal bien merece el esfuerzo. ¡Adiós!... (de la continuación de El Despertar de la Leyenda, capítulo 19, Una ciudad en las nubes)

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