jueves, 4 de agosto de 2016

Fragmento de la Balada de los Místoner

Entre las joyas que aún conservo está este fragmento de lo que iba a ser un poema épico al estilo de la Balada de los Hijos de Húrin de Tolkien, que, como sabéis, se inspiró a su vez en poemas como Beowulf o El Cantar de los Nibelungos, donde abunda la aliteración como recurso estilístico. Fue un proyecto truncado pero, ¿quién sabe si retomarlo algún día?.

No hubo ni hay ni habrá
estirpe con el arrojo y valentía de los Místoner,
arrogantes y dichosos,
altos y hermosos,
de rostros albos, cabellos trigueños,
corazones forjados por el Destino Oculto.
Jamás nadie oprimirá su valor,
pues, como la tierra imperecedera,
sus cuerpos ya reposan bajo las ruinas de los traidores de Dárnor.

Así, de esta manera digamos tan atrayente, comienza el poema. La verdad, no sé qué quise decir con "Destino Oculto", ni por qué lo puse en mayúscula; supongo que sería algún hecho o algún recuerdo concreto. Sí que se menciona uno de los pasajes más recordados en los libros de historia de Rodania, que es la Traición de los Nagorianos. Estos hombres, de gran longevidad, luego se convertirían en la guardia personal de Garwieth, la Dama de las Tinieblas, la Ijana que se volvió cruel por amor... aunque esa historia se cuenta en la continuación de El Despertar de la Leyenda. La Traición fue tal que durante mi años ningún hombre puso el pie en la ciudad que habían erigido como capital, Dárnor, pues se consideraba un lugar maldito. En el poema pretendía, no sólo hablar del origen y llegada de los Místoner a Rodania, procedentes del Mundo Extenso, si no narrar toda su historia. Pero su fuerte era, sin duda, esa traición, ese hecho que marcó para siempre la historia de Rodania, el génesis de todo mal. El poema continuaba así:

En aquellos días
la brisa paseaba entre las oscuras ruinas; en viento silbaba
y arrastraba todo un reino que en los albores de la Edad
levantaron los Místoner sobre pilares de guerra.
Tiempo atrás, los Sabios habían pronosticado su terrible final,
pues vieron en los pozos del futuro la terrible confrontación,
lamentos y llantos de mujeres y niños,
sangre y dolor en los rostros de los Hombres.
Dárnor y Orias acabaron reducidas a cenizas;
el enfrentamiento fratricida fue cruel.
Algond era un malvado rey, hijo de Hilgond de Orias,
que poseía una ingente riqueza,
producto del saqueo y el robo constante
que con gran crueldad y menos escrúpulos había conseguido.
Sus hijas, decían, eran Ijanas,
hechiceras con su horrible pecho al hombro,
que realizaban sus conjuros en lo más profundo del Bosque de Angör.

Vemos que hasta aquí no se nos cuenta nada especialmente nuevo, aunque aparece ya uno de los actores principales, Algond de Orias. Orias era la capital del Reino de Angör, el primero de los que fundaron los Místoner. Los Sabios de los que habla esta parte del poema no son más que druidas, pero también son importantes porque acabarían convirtiéndose en los Magos de Angör, erigiendo una nueva capital, Dólendhal, y siendo decisivos en los acontecimientos futuros que vinieron después, entre ellos todo lo relacionado con la pequeña historia que se nos narra en El Despertar de la Leyenda. Como vemos, la base del poema incide en la guerra y en el dolor que causó, dolor que se mantuvo indeleble en la mente de todos los hombres hasta el fin de Rodania, como un estigma imperecedero que llevaban marcado de nacimiento. Los versos siguientes aceleran los acontecimientos y pasan por alto muchas de las desavenencias que se produjeron en el seno de los Místoner (quizá mi idea era escribirlo sin orden, para empalmarlo más adelante). Se trata, pues, de un hecho posterior, pues nos habla ya de manera subliminal de una de las divisiones entre los Místoner, la de los Nagorianos (aunque no se los menciona como tal), que habitaban en Merángör y su capital, Dárnor.

Hubo guerra entre todos,
Orias fue medio derruida por las fauces Mortales de Dárnor,
cada golpe retumbaba como un trueno en la tormenta,
enorme máquina bélica capaz de aplastar cualquier alma.
Una alianza poderosa llegó desde los abismos:
los Hombres de Piedra llegaron a tiempo,
los malvados huyeron, el rey hecho prisionero fue,
la vida perdonada le fue de antemano,
pero sus hijos cargaron con su desgracia de por vida...

Aquí concluye. Es difícil saber de qué rey se trata (no creo que fuera Algond, ya que los acontecimientos que se narran parecen ser muy posteriores a su dominio). Es un poema que incide, como digo, en los terribles y, a la larga, decisivos acontecimientos que se produjeron unos cuantos de miles de años después.

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