jueves, 23 de junio de 2016

La forja de un sueño

En el año 1999 comencé un viaje increíble, un viaje que me trasladó, a través de las palabras, a un mundo de fantasía, un viaje que nunca tuve claro adónde me conduciría, o si me llevaría a algún sitio. Hoy, dieciocho años después, puedo asegurar que ese viaje va a llegar pronto a destino. El próximo cuatro de julio, si no hay cambios por parte de la editorial, comenzará la campaña de crowdfunding de El Despertar de la Leyenda en libros.com. En otro post explicaré con detalle en qué consiste el crowdfunding para que no os hagáis líos.
No recuerdo con exactitud el momento en que comencé a escribirla. Lo que sí guardo aún indeleble en mi memoria es que surgió de otra historia, una "novela" en la que estuve trabajando un par de años (con mi vieja Olivetti). Incluso me atreví a enviarla a alguna editorial (escalofriante experiencia vista ahora con la perspectiva de los años, pues estaba llena de tachones y errores de todo tipo). Pero fue un trabajo esencial, unos buenos cimientos para que hoy El Despertar de la Leyenda esté a punto de convertirse en realidad. En apenas cuatro meses escribí el libro, aunque el trabajo duro vino después, con las correcciones y las reescrituras. Me llevé un tremendo disgusto cuando, al intentar guardar la novela en un disquette de los de antes, me desapareció todo el documento y los cambios que había hecho. Tuve que volver a redactar la historia a partir de unas copias antiguas. Muchos años estuve corrigiendo y cambiando cosas, y no la envié a una editorial hasta el año 2009, que me atreví con Ediciones Atlantis. Me contestaron positivamente, incluso con unos elogios desmedidos que me hicieron desconfiar. Y como no me dio buena espina decidí no firmar el contrato y rechazar, por tanto, las mieles de la publicación. La siguiente editorial a la que envié el manuscrito, Mundos Épicos, de David Velasco, también me publicaba la novela, en este caso en forma de coedición (para los neófitos, esto significa que si bien tu corres con los gastos de imprenta, la editorial lleva los de distribución y corrección; es decir, es un trabajo a medias). Los elogios fueron mucho más moderados, lo cual me dio más seguridad, pero la cantidad de dinero que debía aportar era excesiva (dentro de mis posibilidades) y no podía asumirla. También por entonces tenía una especie de orgullo mal entendido que no me permitía publicar el libro si no era en forma de edición pura y dura.
Los meses siguientes fueron un constante enviar mails a las editoriales. La mayoría no me contestó. Hubo, no obstante, una que sí, la desaparecida Editorial AJEC. Hicieron un análisis del libro no muy positivo, rechazándolo de plano, y "acusándome" de autor poco original. Fue un diagnóstico duro, pero también es bueno de vez en cuando escuchar voces críticas, voces que no regalen los oídos sino que te digan que ese no es el camino y que debes tomar otro. El consejo de su editor fue que me olvidara de El Despertar de la Leyenda, que a su juicio no tenía mucho recorrido, y que optase por otra historia más adulta, más de lo que se empezaba ya a poner de moda, tipo Juego de Tronos. Me replanteé muchas cosas, y finalmente decidí abandonar sine die el proyecto.
Durante un año largo no escribí nada y di prioridad a otros aspectos de mi vida. Pero había algo en mí que me acababa empujando hacia el abismo de la escritura, una especie de veneno para el cual no existía antídoto. Tomé el consejo del editor de AJEC y comencé a modelar, a finales de 2010, la continuación de El Despertar de la Leyenda. Se trataba, pues, de darle otro punto de vista, más adulto, más serio, menos "blanco". ¿Lo estaba logrando? A primera vista sí, pero me di cuenta, a su vez, que mi estilo no había variado mucho. Valoré esto como algo positivo. Crear un estilo propio es muy difícil. Dejé, no obstante, esta segunda parte inconclusa, y volví a revisar El Despertar de la Leyenda. Hechos algunos cambios, envié de nuevo el libro a una editorial de renombre, Timun Mas. No me contestaron. Insistí pero esta vez con el formato ebook, aunque las ofertas que recibí me parecieron poco atractivas y poco ilusionantes. Valoré muy seriamente acudir a editoriales de autopublicación como Bubok o Amazon, pero, tras meditarlo bien, tampoco me decidí por este modelo. Y encontré libros.com. Fue el año pasado, 2015, cuando di, por casualidad, con un enlace en twitter. Había visto otros parecidos de editoriales que también utilizaban el crowdfunding para financiarse, pero no les había prestado mucha atención. ¿Y por qué libros.com fue distinto? Porque vi, ya en el primer mensaje, que sabían muy bien lo que querían y cómo hacerlo. Entré en su web y comprobé la profesionalidad con la que trabajaban, así que les envié mi proyecto. Entonces formaba parte del equipo Javi de Ríos, que fue la persona con la que estuve conversando esos días. Me transmitió mucha confianza, pero yo no tenía la fuerza necesaria en aquel momento: mi hermano había recaído de su enfermedad y mi madre estaba también muy mal de salud. Eso, unido al poco entusiasmo que encontré en las dos o tres personas a las que se lo dije, me hizo desistir y aplazar la publicación.
Mi estado de salud se deterioró también, y pasé por una situación muy complicada. Por fortuna pude cogerlo a tiempo y me fui recuperando poco a poco gracias a mucho esfuerzo y fe en mi mismo. Pero a mi alrededor la situación empeoró. Mi hermano estaba ya muy malito y no le quedaba apenas tiempo de vida. En esos días, duros para toda la familia, me llamó Miguel Ángel García, director de producción de libros.com, a la que había vuelto a escribir pero esta vez para ofrecerles un proyecto distinto. No le convenció mucho, y me dio un par de semanas para que le entregase algo más tangible y no sólo una idea. Por desgracia, al poco murió mi hermano, y aparqué mi compromiso con Miguel. Medité durante varios días. En los últimos tiempos había estado muy pendiente de mi hermano, y, ahora que ya no vivía, me encontraba vacío y sin saber qué rumbo tomar. Y volví de nuevo la vista hacia mi vieja compañera, mi amiga, mi confidente más fiel: El Despertar de la Leyenda. No podía dejarla abandonada en un cajón luego de tantos padecimientos que habíamos pasado. Le mandé un mail a Miguel y, finalmente, decidí (decidimos) apostar por El Despertar.
Sé que ha sido mi hermano, un gran lector, el que me ha dado la fuerza para sacar este proyecto adelante. Estoy convencido de que le hubiera gustado la novela. A él estará dedicada.

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